todo lo aprendido y que gusta lo rompe para incomodar hasta que se vuelve costumbre, entonces da un paso al lado renovándose a sí mismo. Aveces se vuelve a los prisioneros, y entonces empieza a ser más folklorico que en un comienzo.
Cuesta, creo, como todo lo nuevo, pero de seguro pasará lo que pasa con sus discos siempre, que suenan raro y luego uno se acostumbra, al final de todo es casa conocida donde la gente llega y se arma un nidito en cualquier rincón.
Quizás ahora no lo sepa pero me guste tanto que no deje de escucharlo nunca más en la vida, por ahora, los trotes norteños me suenan como un trago hecho en la cárcel, que ha de ser manjar pa algunos, pero muy fuerte para otros.
Igual es bonita la última canción y bacán tu casa es otra que bien baila