domingo, 10 de agosto de 2008

Alejandro Filio


Parada en medio de la vida con un espejo al frente que no refleja nada, personalidad transparente. Atemporalidad recurrente sin más expresión que caminar al verde de los semáforos porque ni destino definido hay más que vivir el día a día.

La vida paralela va en alucinaciones tranquilas, relajaciones de pupila dilatada y más que una cama caliente. Paseos de la mano acompañada y ojos que te cruzan la mirada de vez en vez, no dormir a solas algún fin de semana con caricias aparentemente sin sentido ni sentir, tan solo recorridos por curvas que desaparecen día a día y un cuerpo un tanto vacío, y otros abrazando la soledad de la noche temprana o tardía. Amanecer pensado que nada hay y que no habrá nada en tiempo próximo ( esa es la única proyección futuro ) y sentir que esa nada te recorre las venas como la sangre que se mueve por los minutos que respiras como si fuese tan normal, como si así fuese la vida; sentir pero saber que no todo es tan nada a veces.

Pentagrama








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